Errazti cree que el nuevo Parlamento fortalece al soberanismo y descarta que el PNV vuelva a aliarse con el PSE «a tenor del compromiso de Ibarretxe» ALBERTO SURIO/ DIARIO VASCO

«Tenemos que hablar todos con todos». Begoña Errazti, presidenta de EA, reclama este espíritu «integrador» mientras desde su despacho del Parlamento navarro en Pamplona divisa una exótica palmera. A pocos metros, la ‘comisión Otano’ prosigue su trabajo en un ambiente de cierta atonía casi veraniega.

-¿A qué obliga el nuevo panorama vasco?

-No es un panorama sorprendente. Salvando los resultados de las elecciones de 2001, lo que hay es básicamente parecido a elecciones anteriores. Es un Parlamento en el que la mayoría abertzale es clara muy a pesar del PP y del PSOE, que en la campaña han estado insistiendo en dar un vuelco a favor de una mayoría de adscripción nacional española, cosa que no ha sucedido. Se demuestra que el Parlamento Vasco tiene una mayoría abertzale que apuesta por un avance y una profundización no sólo en el autogobierno sino en un proceso de dirección claramente soberanista que no tiene marcha atrás. Su papel es muy importante para la normalización política, por tanto para la pacificación.

-¿Por qué lo dice?

-Hay abiertos una serie de escenarios. El señor Rodríguez Zapatero está realizando un discurso sobre la pacificación y también es verdad que fuera hay, en torno al Foro Nacional de Debate, una serie de reflexiones conjuntas entre EA y Batasuna. Va cristalizando poco a poco una apuesta de ese mundo por un nuevo escenario de ausencia de violencia. Por eso en esta legislatura es importante el diálogo entre todas las fuerzas políticas. Se ha roto el enquistamiento. Al menos, visto el discurso de Zapatero, que parece que quiere romper con el frentismo entre el PP y el PSOE.

-¿Usted confía en este discurso?

-Yo quiero darle crédito. Si cumple su palabra, este discurso es responsable como el que tiene que realizar un gobernante con visión de alcance. Es verdad que en un año de gobierno no ha hecho demasiadas cosas, pero por ahora prefiero pensar que sus palabras serán ciertas. Además, nos interesa que sean ciertas.

-Pero seguir hablando de mayoría abertzale y minoría no abertzale de adscripción nacional española, como usted ha mencionado, ¿no es seguir instalados en un discurso de dos frentes, de nacionalistas versus constitucionalistas?

-No estoy hablando de frentes sino de realidades numéricas que son las que son. Lo que he dicho es que no ha habido un cambio de sensibilidad política de fondo. No ha habido un vuelco sociológico ni político, ni del bloque abertzale ha habido fugas o pérdidas hacia el bloque no abertzale. Con esa realidad hay que contar. Lógicamente esas fuerzas que defendemos avanzar en el proceso soberanista teniendo muy claro a dónde queremos ir no vamos a retroceder en nuestros planteamientos. El pasado 30 de diciembre aprobamos una propuesta, el proyecto de nuevo estatuto, que supuso un enorme debate, un posicionamiento democrático y político firme. Hay una realidad ya, tenemos un trabajo. El reconocimiento de los derechos nacionales, de que Euskal Herria sea reconocida como sujeto político de decisión, sin duda, se va a dar en esta legislatura. Se va a dar también en otros lugares. No nos vamos a quedar en el Estatuto de Gernika, eso seguro. El autonomismo está definitivamente superado, yo creo que esta percepción empieza a ser asumida de forma paulatina por la mayoría de los partidos.

El «turbo» soberanista

-Pero la coalición PNV-EA ha tenido 140.000 votos menos y cuatro escaños menos que hace cuatro años. ¿No hay ninguna lectura autocrítica?

-Sí, la realidad política del 2001, que fue excepcional, no tiene nada que ver con la realidad política de las últimas elecciones. Han sido dos fotografías diferentes y los últimos comicios demuestran la realidad tal cual es. Lo que quiere la ciudadanía en las urnas. Democráticamente inapelable e indiscutible.

-¿Y esta última fotografía no enfría su modelo soberanista?

-No.

-¿O sea que hay que poner más el ‘turbo’ soberanista en la política vasca?

-Hay que hacer las cosas cuando toca. No sé si el turbo o no turbo, a veces hay que ponerlo y a veces hay que ser muy serio y muy cuidadoso y hacerlo de otra manera. Pero sí creo que esta legislatura tenemos que seguir con el trabajo ya iniciado en la anterior hacia la superación del actual modelo y la articulación de un nuevo marco jurídico-político. Porque no nos olvidemos que la apuesta ganadora es la de la coalición PNV-EA. Es la que ha ganado en los tres territorios y la que debe liderar el proceso.

-No será que ustedes han perdido votos por el flanco moderado… ¿O por el más abertzale?

-Habrá habido de todo, quizá la clave es que ha habido en todos los ámbitos personas que han considerado que el resultado estaba cantado y no han sentido la necesidad de ir a votar.

-¿La coalición ha funcionado?

-Sí, yo la expliqué en su día como una propuesta coyuntural. Hay un camino emprendido que requiere que las dos fuerzas políticas que lo han abierto desarrollen una serie de compromisos que han contraído ante la sociedad y que hay que cumplir con seriedad y con sentido de la responsabilidad.

-Pero será usted consciente que los más escépticos de esta alianza suelen decir que mantener permanentemente la coalición puede debilitar a EA como proyecto político diferenciado…

-O al PNV. En los últimos tres comicios -referéndum del tratado constitucional europeo, elecciones europeas y elecciones generales- hemos ido por separado las dos fuerzas políticas, con lo cual se explica todo.

-¿Y en las próximas elecciones municipales?

-Queda mucho, por Dios. Esperemos, además, que el escenario de fondo sea bien distinto.

-Tras la primera ronda de Ibarretxe tras las elecciones empiezo a percibir algunos acentos distintos en las respuestas del PNV y de EA…

-Porque el PNV y EA son distintos, es lógico que los mensajes no sean iguales. ¿A qué se refiere en concreto?

-Por ejemplo, da la impresión de que EA prefiere acercarse ahora hacia EHAK a la hora de establecer fórmulas preferentes de gobernabilidad o estrategias de alianzas más a la larga…

-La gobernabilidad está claro cómo se va a asegurar. Lo ha dicho Ibarretxe y nosotros le apoyamos totalmente. Con un gobierno tripartito en minoría. Ésa es la intención del lehendakari Ibarretxe. Y con acuerdos puntuales con distintas fuerzas políticas. ¿Con el Partido Socialista? Sí. ¿Con EHAK? También.

-¿Pero EA no apuesta porque preferentemente la relación sea con EHAK?

-No, no es una apuesta preferente. En eso nos pronunciamos igual EA y PNV.

-Pues yo he leído que ustedes apostaban por ese modelo de colaboración preferente con EHAK en el Parlamento….

-A veces algunos titulares periodísticos simplifican la realidad y la desenfocan.

-Ya ha desaparecido la condición previa de que se desmarque de la violencia para alcanzar acuerdos en sede parlamentaria que ustedes tenían establecida para negociar pactos con Sozialista Abertzaleak.

-Pero es que el Parlamento tiene otra realidad. Nunca estuvimos de acuerdo con ese argumento.

-¿Usted teme que el PNV liderado por Imaz intente reeditar los acuerdos de coalición con el PSE?

-No veo ese escenario.

-¿Ibarretxe se lo ha garantizado?

-Ibarretxe nos ha asegurado unos compromisos que tiene con PNV y EA y que pasan porque esta legislatura sea fundamental en cambios cualitativos, de articulación de un nuevo marco jurídico-político. Y así será.

-¿Para cuándo se han comprometido ustedes a llevar a cabo una consulta?

-No lo sé, será en esta legislatura.

-EA pide un gobierno en minoría con PNV y Ezker Batua. Pero Javier Madrazo ya ha advertido que no quiere formar parte de un «frente soberanista» o de un nuevo Pacto de Lizarra…

-Todas las opiniones son respetables, pero no todas son ciertas. EA nunca ha participado en un frente y no lo hará, pero bien es verdad que en la dialéctica, a veces, a algunos se les va la boca. Este gobierno será soberanista porque su núcleo fundamental está formado por PNV y EA, que son los que han ganado las elecciones y los que tienen que marcar la dinámica política.

-Pero esa coalición no tiene mayoría…Tiene 29 escaños y la mayoría absoluta es de 38 parlamentarios.

-No tiene mayoría, es verdad, como tampoco la tiene Rodríguez Zapatero y no pasa nada.

-¿Pero este conflicto entre EA y Ezker Batua en relación con la elección de la Mesa del Parlamento Vasco no constituye un mal augurio para la estabilidad de este futuro ejecutivo en minoría?

-Esto no entra en la negociación. No hay ningún conflicto que afecte a dos partes, sino a una sola, y no es EA. Es algo de lo que no hemos hablado ni vamos a hablar.

-Hablaba del Foro Nacional del Debate al inicio de la entrevista. ¿Tanta importancia tiene?

-Sí, la clave de este proceso es que es abierto e inclusivo. Al contrario que Lizarra, durante este tiempo se ha desarrollado un proceso que han llevado prácticamente EA y Batasuna y que ha ido haciendo partícipes a otros partidos, entre otros al PSOE, que es clave en cualquier solución. Esto tiene que seguir ampliándose. Me da igual que mañana no se llame Foro Nacional de Debate, ahora lo que se trata es de llegar a un foro de diálogo político. El diálogo es un camino para llegar al fin de ETA. Y en este momento está habiendo diálogo. No hay otro.

-¿El Foro va a desembocar en el final definitivo de la violencia?

-Sí. Pero prefiero ser discreta al respecto. El conflicto vasco es tan largo y duro que hay que enfrentarse a él con absoluta discreción y responsabilidad.

«Sin violencia sería posible una fórmula de gobierno como la de Cataluña»

-¿Intuye que EA va a tener rivales en el campo del centro izquierda abertzale cuando desaparezca la violencia?

-Sí, como todas las fuerzas nos pelearemos el espacio.

-Pero una izquierda abertzale sin violencia puede complicar mucho el espacio que EA, al menos teóricamente, pretende construir…

-Bueno, ya veremos. Hay que ver muchas cosas todavía. Se pueden dar enormes cambios en el ámbito de la hoy Batasuna. Puede haber cambios importantes, incluso, de desaparición de siglas.

-¿Sin violencia es posible una EA implicada en una fórmula de gobierno ‘a la catalana’, siguiendo el modelo del pacto entre ERC, los socialistas e Iniciativa?

-Sin violencia, el espacio de la socialdemocracia en Euskal Herria tiene más sentido que nunca. Porque el ejercicio de la política diaria sería esa plasmación de ideología, sobre todo en un país en el que siempre hemos estado condicionados por la violencia. Entiendo que en una sociedad normalizada el entendimiento ideológico sea mucho más fácil con otros parecidos. ¿Y por qué no pensar que algún día puede haber gobiernos o realidades institucionales que respondan a un esquema de país normalizado? Es verdad que todavía nos cuesta imaginarnos ese escenario. Yo me lo imagino perfectamente. Tengo muchas ganas de llegar a un momento en el que no estemos condicionados no sólo por la violencia y todas sus derivaciones. La política sería muy interesante.

-Pero si ustedes se implican en esa estrategia de alianzas de izquierdas, ¿propiciarían que el PNV, su actual aliado, pasase a la oposición?

-No lo sé. Es hacer cábalas.

-Lo hizo ERC con CiU…

-Sí, y nosotros le apoyamos en su momento. Si se pueden ofrecer respuestas mejores a la ciudadanía y cumplir con los objetivos ideológicos, tanto mejor. Pero que no se interprete que EA lanza una advertencia al PNV. En una sociedad normalizada lo lógico es llegar a acuerdos en clave de afinidad ideológica. Pero antes vamos a llegar a una sociedad normalizada.

-¿Llegaremos pronto?

-Eso espero.

-¿Está normalizada EA por dentro?

-Eso parece.

-¿No fue conflictiva la elaboración de las listas en Gipuzkoa?

-No hubo ningún conflicto. Es que en todos los partidos hay distintas opiniones sobre querer participar o no en responsabilidades y en el mío las cosas se deciden en la asamblea nacional, donde las listas tuvieron un 75% de apoyo. Lo demás son tópicos un tanto recurrentes.

Fuente: Begoña Errazti