Los que no hayan conseguido el perfil pasarán a hacer sustituciones

El dirigente de EA Martin Aranburu anunció ayer que su partido se opondrá en el Parlamento Vasco a la proposición no de ley presentada por el PSE para que se garantice la estabilidad laboral de los profesores que no han acreditado el nivel de euskera correspondiente a su puesto.

La propuesta socialista explica que más de doscientos profesores que no han superado el perfil lingüístico requerido perderán la estabilidad laboral de la que han disfrutado en los últimos años, en virtud de los acuerdos firmados entre el departamento de Educación que dirige Ánjeles Iztueta y los sindicatos ELA, LAB y STEE-EILAS.

Aranburu ofreció ayer una conferencia de prensa junto a la portavoz de la Ejecutiva Nacional de EA, Onintza Lasa, en la que señaló que actualmente hay 1.500 profesores interinos en el sistema educativo vasco a los que se les termina la estabilidad el 31 de agosto, y a los que se les prorrogará esta condición con el requisito de que acrediten el perfil lingüístico uno o dos.

Según el dirigente de EA, de estos 1.500 docentes, sólo 183 no han conseguido estas acreditaciones. Aranburu aclaró que, de esta última cifra, 64 «nunca» desde 1988 se han presentado a las pruebas de acreditación, a pesar de lo cual dispondrán todavía de un año para hacerlo, mientras que otros 80 «lo han intentado» sin éxito y seguirán teniendo oportunidades.

De esta manera, explicó el político de Eusko Alkartasuna, quedan 39 profesores que «van a perder la estabilidad», porque «ya han agotado sus convocatorias» para acreditar su cualificación correspondiente.

Aranburu advirtió de que «ninguno de ellos será despedido», sino que pasarán a hacer sustituciones. Recordó que el programa Irale «libera» a los docentes de impartir sus clases durante tres años, cobrando el sueldo íntegro para aprender euskera, condiciones que, según Aranburu, «no tiene cualquier ciudadano». Por ello cree que «recompensar» con la estabilidad a los docentes que no han superado estas pruebas supondría un «agravio comparativo» hacia los que si lo han hecho.

Fuente: Martin Aranburu