Normalización política y pacificación conforman la piedra angular de los objetivos de Eusko Alkartasuna para esta nueva legislatura. Los ejes para conseguirlo: la territorialidad y el derecho de los vascos a decidir su futuro.

¿Cómo valora la ronda de contactos del lehendakari en funciones?

La ronda se ha desarrollado con toda normalidad. Ha sido importante para EA que hayan estado todos los partidos, sin exclusiones.

¿Cómo valora la actitud del presidente del Gobierno?, ¿confía en su discurso?

Zapatero, que le hizo la campaña a Patxi López, ha tenido un discurso electoral que ahora hay que ver si lo cumple. Con la alta responsabilidad de la presidencia de Gobierno español, tiene la obligación moral y política de cumplir sus promesas y hacer frente al llamado conflicto vasco, así como apostar firmemente por colaborar de manera activa con las fuerzas políticas vascas para encontrar soluciones.

¿Le ve con la valentía suficiente?

Tiene que ordenar muchas cosas en su casa, pero vamos a pensar que lo va a hacer.

Muchos agentes políticos coinciden en que ésta será la legislatura de la paz y la normalización.

Éstos son objetivos que buscamos, y nuestra intención es colaborar con los partidos que quieran. Nuestras actuaciones han ido en ese sentido, estando en foros en los que se han sugerido intentos de solución para la paz y la normalización política. Desde hace dos años, EA y Batasuna formamos parte del Foro Nacional de Debate y ha sido importante para trabajar en un escenario sin exclusiones; en este contexto, se han planteado reflexiones sobre cómo llegar al reconocimiento de esta nación y a su capacidad de decidir. Podemos estar cerca de la paz, pero hay que trabajarlo de una manera seria, sin frivolidades y con mucha discreción.

¿Cuáles son sus prioridades para estos cuatro años?

Evidentemente la gobernabilidad, que debe responder a las necesidades de la ciudadanía, tal y como hemos respondido hasta ahora. También entiendo que es una legislatura en la que se pueden dar las condiciones para la normalización política y la paz. Antes hablábamos del Gobierno español, del Foro Nacional de Debate, pero ahora hay un parlamento de mayoría abertzale, una propuesta aprobada en el Parlamento Vasco el 30 de diciembre (que profundiza en el ámbito de la soberanía), una posición de todas las fuerzas políticas vascas respecto a las vías políticas… EA insiste en que todos tenemos que hacer nuestro trabajo, desde la exigencia a ETA del fin de la violencia y desde la premisa de que todas las formaciones deben actuar exclusivamente por las vías políticas. Podemos estar ante una nueva fase que nos puede llevar a una solución definitiva.

¿Será también la legislatura de las mesas y los foros?

Sí, claro. Cualquier solución tiene que pasar por el diálogo entre las fuerzas políticas y debe producirse en el Parlamento Vasco, pero entiendo que deben existir otros espacios.

¿Cuáles propone EA?

Una mesa de partidos en el ámbito institucional y otra mesa fuera de ese ámbito; ambas deberán coordinarse. A pesar de que el PP dice no a todo, en términos generales las fuerzas políticas así lo plantean. Insisto de nuevo en el Foro de Debate, que ha tenido consecuencias: allí está el discurso de Anoeta. Otro aspecto a destacar es que abogamos por la segunda transición necesaria en el Estado español. Sobre ello hemos trabajado con ERC. El Estado debe respetar la pluralidad nacional; de hecho, en las nacionalidades históricas de Cataluña y Euskadi, hay una contestación social para establecer otros mecanismos de relación con el Estado.

En dichas mesas o foros, ¿cuál es el punto de acuerdo entre alguien que aboga por el derecho a decidir de los vascos y alguien que no?

En ese punto hay algo en común, los dos defienden el derecho a tener una adscripción nacional. Hay una forma de entendimiento que es el respeto a reconocer que existe una nación que se llama Euskal Herria, que hay siete territorios que pertenecen a distintas realidades jurídicas y estatales y que tienen derecho a decidir. No hablo de fechas de agrupación sino de decidir y esto no me parece tan complicado.

Hablando de territorios, ¿cuál sería el papel de Navarra?

Navarra es fundamental porque forma parte de Euskal Herria como Iparralde, pero hay que tener en cuenta las distintas realidades jurídicas en las que este país está fragmentado. Navarra tiene que tener el papel que quiera su ciudadanía, siempre y cuando ésta entienda que la colaboración con los otros territorios será positiva para su bienestar. En la propuesta aprobada el día 30 en Vitoria quedó muy claro en el artículo sexto, que hace referencia a la realidad jurídica de Navarra y que su ciudadanía es la única que puede pronunciarse.

¿Incluiría a Navarra en una mesa para solucionar el conflicto vasco?

Los partidos que actúan en Navarra claro que tienen que estar. Euskal Herria está afectada entera por el llamado conflicto vasco y entiendo que los partidos que trabajan en Navarra son voces que tienen que opinar al respecto. Ya en su momento hubo mesas paralelas .

Algunos apuntaron que las elecciones del 17-A serían un plebiscito a la propuesta de nuevo Estatuto. ¿No caló el mensaje en la ciudadanía?

Unos comicios son el pronunciamiento de la ciudadanía, nunca lo interpreté como un plebiscito. Las elecciones no reprodujeron los resultados de 2001. De hecho, las elecciones de 2005 nos sitúan hasta antes del año 2001. Las consecuencias del 17-A son una mayoría abertzale en el Parlamento.

¿Por qué ha destacado tanto este aspecto en las últimas semanas?

Porque PP y PSE en los discursos durante la campaña electoral amenazaban con dar la vuelta a la presencia política en la Cámara vasca. Con esa política antinacionalista vasca pretendían confundir a los votantes. Es evidente que no han conseguido su objetivo y ese Parlamento de mayoría nacional vasca nos dice que la mayoría de la ciudadanía no está con el actual estado de cosas con el Estatuto de Gernika, con la actual relación con el Estado y que realmente hay que ir más allá. En estos cuatro años nos toca seguir con el trabajo realizado en la pasada legislatura, la mayoría está en ese ámbito de nuevas relaciones.

Tras las elecciones, ¿por qué no se habla ya de la propuesta?

Después de las elecciones vascas el tema más mediático es la gobernabilidad, pero la propuesta sigue teniendo validez por su aprobación por mayoría absoluta. En ese debate general dentro del Estado español, del marco territorial, de nuevas relaciones y del respeto a la plurinacionalidad, habrá que ver como se cristaliza en esta legislatura.

PSOE y PP coincidieron en que el Plan Ibarretxe había muerto…

Estas formaciones no quieren admitir que hay una mayoría ciudadana que quiere establecer otras relaciones, tal y como dice la propuesta aprobada el día 30. La mayoría sigue diciendo eso o incluso más, teniendo en cuenta cuál es la relación de fuerzas.

¿Habrá consulta popular?

Consulta tiene que haber, si estamos hablando de que vamos a un nuevo escenario de relaciones con el Estado: si se da ese escenario a la gente hay que consultarla. Pero cuando hablamos de normalización política y pacificación y de las claves para conseguirlo: territorialidad y decisión, a la ciudadanía hay que preguntarle si lo respalda. Podemos estar en un escenario que necesite ese reconocimiento y se pueda acabar con la violencia.

Respecto a la gobernabilidad, ya manifestó que apuesta por pactar no sólo con EHAK.

Soy partidaria de eso…

¿Cuáles serían sus exigencias?

Habrá un Gobierno en minoría, como el de Zapatero en Madrid, que vaya pactando con otras fuerzas políticas. Los ejes son el respeto a las reglas del juego y a lo que significa la representación mayoritaria, el reconocimiento de una realidad institucional propia del pueblo vasco. Estoy convencida de que gobernará Juan José Ibarretxe.

EA gestionaba tres consejerías, ¿aspira a alguna más?

Tenemos unos acuerdos con el PNV que vamos a seguir respetando. No me planteo la gobernabilidad como conseguir más consejerías, sino como un gobierno que responda a las expectativas de los ciudadanos y a los compromisos electorales.

¿Cree que EHAK votarán a favor de Ibarretxe en la investidura?

Mi reflexión es que esa fuerza política, como otras, tiene que plantear al votar el candidato si realmente supone trabajar en la defensa de la soberanía vasca. Lógicamente Ibarretxe estará en ese ámbito, cosa que no sucederá con otro candidato de ámbito español.

¿Temen alguna extraña votación como la que protagonizó Batasuna el 30 de diciembre?

Hay que ser serio en política, pensar en los objetivos a largo plazo y responder a lo que la mayoría ciudadana quiere, y la coalición hemos ganado en los tres territorios.

El pasado jueves el Partido Comunista de las Tierras Vascas ya advirtió de que no votaría a Juan María Atutxa como presidente del Parlamento Vasco…

Me sorprende que se personalice en una persona u otra. Atutxa está encausado precisamente por defender a la Cámara vasca y el derecho a la representación de la ciudadanía vasca en el caso de las personas parlamentarias de Batasuna. Es imposible de entender cómo desde ese mundo se cuestiona su figura. Yo no la cuestiono, al contrario.

¿EA estará representada en la Mesa del Parlamento Vasco?

Somos la quinta fuerza de la Cámara y es evidente que sí.

Sin embargo, algunos lo ponen en entredicho…

Hemos oído opiniones que no vamos a responder, que tienen que ver con una intención de tirar de la cuerda de Madrazo de una forma absolutamente difícil de entender cuando está generando unilateralmente un enfrentamiento innecesario. Somos la quinta fuerza y desde luego Izquierda Unida no está en esas posiciones.

————————————

“La propuesta estatutaria del PSE-EE es de cara a la galería”

La presidenta de EA es muy tajante en cuanto a la política llevada a cabo por los socialistas “conjunta con el PP”. Un realidad que, a su juicio, dista mucho de la que se vive en Cataluña.

ERC, su homólogo en Cataluña, pactó con PSC en 2003. ¿Qué le falta al PSE-EE para que EA llegue algún día a un acuerdo de este tipo?

Las situaciones son muy distintas. La violencia cambia todas las relaciones políticas y sociales. En Cataluña la convivencia está normalizada. Aquí las alianzas tienen más que ver con la búsqueda de unos objetivos anteriores al de un Estado normalizado. El PSE-EE tendría que ser consciente de que este pueblo tiene una existencia por si mismo, unos derechos y que tiene que defenderlos.

¿El PSE-EE ha dado pasos importantes respecto al año 2001?

Han hecho una estrategia conjunta con el PP con el Pacto Antiterrorista o la Ley de Partidos. Su propuesta de reforma del Estatuto la presentaron en un hotel y no en el Parlamento, y eso creo que tiene más que ver con la no aceptación de las reglas parlamentarias. Además, su comunidad nacional sólo hace referencia a las tres provincias vascas y eso no se lo cree nadie. Creo que es más de cara a la galería

Zapatero jugó un papel trascendental en las elecciones con su promesa, que ya hizo en el Parlament catalán, de respetar en el Congreso una reforma del Estatuto consensuada.

Los discursos electorales hay que cumplirlos. En su momento ya dijo lo del Parlament y ahora está intentando bloquerlo, condicionando el apoyo del PP, que todos sabemos lo que piensa de la unidad territorial protegida con los tanques del Ejército español. Los socialistas juegan a dar una imagen distorsionada de Cataluña con respecto al derecho que entiendo yo que tiene de distribuir sus propios recursos. En fin, si sucede lo mismo en Euskadi…

Y ¿respecto a los dos tercios del Parlamento que exige Zapatero?

Hablar de este tema mueve a risa, hay que recordar que el PSOE en el debate del Estatuto de Gernika planteó que para su modificación fueran necesaria la mayoría absoluta y no los dos tercios que era lo que planteábamos los demás. Curiosamente ahora recurre a los dos tercios porque no le salen las cuentas.

Se habla de un triángulo conformado por el PSOE, la izquierda abertzale y el PNV. ¿Temen perder protagonismo en este proceso?

¿Cómo voy a temerlo si hemos llegado a conclusiones que EA defiende? Oír a hablar en Anoeta de defender las vías políticas y la necesidad de que ETA y el Gobierno arreglen asuntos, que tienen que ver el fin de la violencia, es lo que ha defendido EA. Vamos a presionar para solucionar el conflicto vasco, para llegar a una segunda transición y conseguir la normalización y pacificación desde la izquierda nacional vasca.

¿Cuándo se verá en Euskadi que se rompe el binomio nacionalistas-constitucionalistas para pasar a uno de izquierdas-derechas?

Pasa por la normalización política que permitirá que nos enfrentemos sólo a las soluciones sectoriales.

pere francesch . noticiasdealava.com
Fuente: Begoña Errazti