Azkarraga presenta el Plan de Previsión Social Complementaria de Euskadi al Parlamento

· Para el Gobierno vasco el mantenimiento del sistema público de pensiones es incuestionable, esencial e irrenunciable, por eso tiene la responsabilidad de buscar mecanismos e instrumentos que nos permitan aligerar la presión a la que, según todas las prospecciones, va a estar sometido, cada vez más, ese sistema público.
· Ésa es la razón de ser de este Plan. Hacer de la Previsión Social Complementaria un elemento que permita apuntalar y garantizar así el mantenimiento de las pensiones públicas.
· El Plan contempla la generalización, la democratización de las pensiones complementarias, que pasa por su extensión a la mayoría de la población trabajadora de nuestro país a través de los sistemas de empleo, con la negociación colectiva como eje motor.
· El Plan articula para ello un marco regulador y unos instrumentos de fomento de la previsión social complementaria. No obliga a nadie a nada. Sólo establece el marco para que puedan extenderse los sistemas de empleo. Una necesidad compartida por el Consejo de Relaciones laborales, las propias EPSV y las haciendas forales.
· El objetivo cuantitativo del Plan es lograr la adhesión al sistema complementario del 70% de los perceptores de rentas de trabajo y profesionales, en el plazo de 8 años. El grado de cobertura que la previsión complementaria cubra en el futuro será del 20% del salario final.

Joseba Azkarraga, Consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social ha comparecido ante la Comisión de Trabajo y Acción Social del Parlamento Vasco para presentar las grandes líneas del Plan, del que se puede destacar, en primer lugar, que su puesta en marcha es fruto de la profunda reflexión estratégica llevada a cabo por el Gobierno vasco.

En este sentido, para la elaboración del Plan se han tenido en cuenta las experiencias de los países embarcados en la reforma de sus sistemas de pensiones y las recomendaciones de organismos internacionales. Asimismo, se ha concedido gran relevancia a las consideraciones de los agentes sociales vascos –a través del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), o del Consejo Superior de Cooperativas- y del propio sector –a través de la Federación de Entidades de Previsión Social Voluntaria. Es pues, un Plan con muchas horas de diálogo a sus espaldas.

EUSKADI ENVEJECE ACELERADAMENTE

El Plan nace para hacer frente a un reto. Un desafío al que nuestra sociedad ha de dar respuesta, y que no es otro que el del envejecimiento de la población. Este fenómeno, bueno y deseable en sí mismo, por lo que supone de prolongación de la vida de los seres humanos, va a ser, sin embargo, de tal magnitud que dibuja una nueva realidad y exige, desde ya, una profunda revisión de los instrumentos y políticas sociales y económicas.
Pese a la dificultad de prever la realidad a largo plazo, todos los escenarios demográficos de futuro, incluso los más optimistas, muestran una tendencia común: la indudable modificación de la estructura de edades de la población vasca. De hecho, si en 1995 los mayores de 65 años representaban un 15% de la población, en el año 2025 dicho porcentaje rondará el 25% y en 2050 superará, en las hipótesis más favorables, el 35%.

La imagen que se presenta refleja que, incluso en la hipótesis más positiva en cuanto a la evolución de la fecundidad y la inmigración, la inversión de la pirámide de edades de la Comunidad Autónoma del País Vasco es drástica e ineludible. Todas las personas que se jubilarán en las próximas cinco décadas ya han nacido. Por ejemplo, es ya un dato cierto que en el año 2025 la cifra anual de personas que alcanzarán la edad de jubilación será un 30% mayor que la actual.

La CAPV se encuentra, por tanto, en un contexto en el que:

· Por un lado, la nueva estructura de edades supone un profundo cambio en el ratio entre población activa y población jubilada. Un simple dato lo evidencia: Si en 1980 en Euskadi había 7 personas en edad de trabajar por cada persona jubilada, en la actualidad dicha proporción ha caído a 4. En 2025 se habrá reducido a la mitad, es decir, a 2 y lo seguirá haciendo en las siguientes dos décadas. Todo ello significa que un número decreciente de cotizantes deberá sustentar un número creciente de pensiones de jubilación.
· Por otro lado, el aumento de la esperanza de vida se traduce en que se han de financiar más años de inactividad. Por lo tanto, nos encontramos con que habrá más personas con derecho a percibir prestaciones de jubilación y durante más años. De hecho, si en 1960 un hombre de 65 años tenía una esperanza de vida de alrededor de 12 años más, ahora supera los 16 años. En el caso de las mujeres, el aumento es todavía mayor y en el mismo periodo varía de 15 a 21 años más.

ENORME PRESIÓN DEL ENVEJECIMIENTO SOBRE LAS FINANZAS PÚBLICAS

En la Unión Europea, los costes del envejecimiento en términos de pensiones públicas aumentarán entre un 3% y un 5% del PIB de aquí al año 2050, con unos gastos actuales de entre un 10% y un 11% del PIB.

No hay, como no lo ha habido para ningún país, ningún escenario plausible en el que la inmigración o la mejora del mercado de trabajo resuelvan el problema aunque, lógicamente, sí lo pueden atenuar.

EL MANTENIMIENTO DEL NIVEL DE VIDA EN LA JUBILACIÓN PARA LAS GENERACIONES JÓVENES NO ESTÁ GARANTIZADO

En este contexto, ya nadie niega la necesidad de adoptar medidas de adecuación de los sistemas de protección social a una nueva realidad.

Hay que tener en cuenta que con una coyuntura demográfica favorable y una tasa de dependencia (proporción de personas menores de 14 años y personas mayores de 65 años en relación a la población de 14 a 65 años) nada problemática, incluso hoy grandes colectivos acusan una pérdida muy significativa en su renta al jubilarse respecto de la que tenían en la etapa laboral. Por ejemplo, una persona con 25 años de cotización, en lugar de los 35 años requeridos, cobraría una pensión del 74% de su renta en activo.
LAS PENSIONES COMPLEMENTARIAS: UN INSTRUMENTO EN NUESTRAS MANOS

En este marco, contamos hoy en Euskadi con un instrumento que, sin merma ni perjuicio del sistema público, que defendemos como pieza protagonista, básica y esencial de nuestro modelo de protección social, puede contribuir decisivamente a minimizar el riesgo de pérdida relativa de ingresos en la etapa de la jubilación. Ese instrumento es la Previsión Social Complementaria. Este instrumento puede desempeñar un importante papel a la hora de propiciar que, de manera sostenida en el tiempo, los y las pensionistas del mañana perciban una tasa de sustitución que se aproxime al máximo a la renta que percibían cuando estaban en activo.

En este sentido, coincidimos plenamente con los agentes sociales en que “la finalidad de la previsión social complementaria no debe ser la de sustituir al régimen público de la seguridad social, sino complementarlo”. Éste es el punto de partida irrenunciable.

LAS PENSIONES COMPLEMENTARIAS DEBEN GENERALIZARSE PARA PODER RESPONDER AL RETO SOCIAL

La Previsión Social Complementaria debe cumplir una función social de mayor alcance y responder a las necesidades de toda la sociedad. Éste es el propósito perseguido: Alinear el instrumento con el objetivo y reto social.

La generalización de la Previsión Social Complementaria, su acceso a la mayoría de la población trabajadora –que es como el Gobierno vasco, desde una perspectiva de verdadero progreso y justicia social, lo concebimos- sólo podrá ser una realidad a través de los sistemas de empleo (sectoriales y de empresa) -o segundo pilar-, con la negociación colectiva como eje motor.

Es precisamente a través de la combinación del primer pilar (el público) y del segundo pilar generalizado, como países europeos –léase Holanda o Dinamarca- han afrontado con éxito el reto del envejecimiento y son los únicos en recibir una valoración positiva de la Comisión en relación con sus estrategias estatales.

Contamos ya con una experiencia exitosa en cuanto a la generalización; no partimos de cero, no estamos planteando nada nuevo ni nada descabellado, la hemos podido experimentar y ha sido y sigue siendo positiva. Me refiero al caso de GEROA en Gipuzkoa, donde la previsión social complementaria surgida de la negociación colectiva sectorial, a través del acuerdo de todos y subrayo todos los sindicatos y la patronal ADEGI, abarca ya a más de 160.000 personas asociadas correspondientes a más de 9.000 empresas. En Gipuzkoa, la cobertura de la previsión social complementaria ronda el 60% y… es buena.

La Previsión Social Complementaria está, hoy por hoy, lejos de beneficiar a la inmensa mayoría de la población trabajadora. Por tanto, la actuación que debe acometer el Gobierno vasco, y que se recoge en el Plan aprobado, consiste, precisamente, en la definición de un marco coherente con el objetivo de fomentar el ahorro-previsión a largo plazo, institucionalizándolo y haciendo que logre la máxima eficiencia e incorporando a capas de población que hoy no participan en estos planes de ahorro.

Una vez definido el marco corresponderá a los agentes sociales la implantación y extensión de los sistemas de empleo.

ESTRATEGIA

La estrategia consiste por tanto en definir un marco regulador y unos instrumentos de promoción que permitan crear un segundo pilar de pensiones como sistema complementario generalizado que, siempre conjuntamente con la Seguridad Social, satisfaga en el futuro pensiones suficientes, eficientes y seguras.
La pertinencia de la intervención pública en este ámbito es reconocida expresamente en el dictamen del Consejo de Relaciones Laborales, cuando considera adecuado que se desarrolle ‘una labor de apoyo a la previsión social complementaria, dotándola de un régimen jurídico adecuado y acorde con su finalidad’. Una necesidad claramente planteada también por las entidades de empleo y asociadas de la Federación de EPSV, y que también las haciendas forales comparten.

OBJETIVOS

El colectivo destinatario directo de este Plan son los trabajadores y las trabajadoras del país, especialmente aquellos que por su limitada capacidad de ahorro no pueden beneficiarse de los sistemas individualizados actuales.

Para la población con menor capacidad de ahorro, seguirá siendo el sistema público quien principalmente dará cobertura a esos colectivos desde una situación financiera más holgada y con mayor capacidad, puesto que un desarrollo adecuado del Plan Social Complementario reducirá la presión futura sobre el sistema público, liberando, por tanto, más recursos para destinarlos a los segmentos de población más vulnerables y más necesitados.

Nuestro objetivo cuantitativo, el de este Plan, es lograr la adhesión al sistema complementario del 70% de los perceptores de rentas de trabajo y profesionales, en el plazo de 8 años.

En lo que respecta a la importancia de la pensión complementaria, es decir, al grado de cobertura de la pensión, nuestro Departamento ha estimado que la previsión complementaria cubra en el futuro el 20% de los salarios finales, para que la población vasca disponga de unas tasas de reemplazo de las rentas del trabajo que le permitan mantener su nivel de vida cuando se dejen de percibir estas rentas.

Ahora bien, los auténticos protagonistas para el logro efectivo de estos objetivos son los agentes sociales. Su papel es clave a la hora de lograr un sistema complementario que, en esto hay que insistir, conjuntamente con la Seguridad Social, satisfaga en el futuro pensiones suficientes y financieramente sostenibles.

Este Plan de Previsión Social Complementaria en ningún caso obliga, no impone nada a nadie. Simplemente, se limita a establecer un marco más favorable a la extensión de los sistemas de empleo que cumplan con unos requisitos acordes a su función social. Los agentes sociales podrán acogerse voluntariamente a dicho marco si así lo establecen en la negociación colectiva. Dicho de otra forma: este Plan está supeditado siempre a la voluntad de las partes.

Apostamos por tanto, en línea con la cada vez más fehaciente recomendación de la Unión Europea, por un sistema de protección social que conjugue la utilización de los tres pilares en materia de pensiones:

Ø En primer lugar, y de modo capital, la Seguridad Social pública de reparto, como base fundamental de garantía de acceso a una pensión.
Ø El segundo pilar, es decir, los sistemas de empleo (sectoriales o de empresa) y…
Ø El tercer pilar, constituido por los sistemas individuales. Aunque el Plan centra los esfuerzos en los sistemas de empleo, reconoce y preserva un importante papel a la previsión social individual.

Ahora bien, es en el desarrollo del segundo pilar donde debemos centrar los esfuerzos, ya que es ahí donde realmente tenemos un déficit o, si se prefiere, una asignatura pendiente.

El desarrollo de la citada estrategia de democratización o generalización del segundo pilar exige, a su vez, definir un marco regulador atractivo.

LÍNEAS DE ACTUACIÓN

Los ejes fundamentales de actuación sobre los que se apoyará la estrategia son, sucintamente:

+ Promover la IMPLANTACIÓN de los sistemas de empleo definiendo un espacio propio para los sistemas de empleo, separándolos del sistema individual. Ello supone diferenciar su rol social (objetivos, condiciones a cumplir) y dotarlos de un marco normativo específico.
Promover la implantación de los sistemas de empleo, definiendo un espacio preferente a través de ayudas de tipo fiscal, administrativo y económico que hagan atractivo el desarrollo e implantación de los sistemas de empleo.
Así, desde el Gobierno vasco se ofrecerían:

-Ayudas económicas a la implantación de sistemas de empleo cualificados. Es decir, subvenciones a las EPSV para la cobertura de determinados gastos inherentes a las campañas de información, instalación y puesta en marcha que realicen para la implantación de sistemas de empleo cualificados.
-Ayudas económicas a los agentes sociales para la promoción de sistemas de empleo cualificados. Subvencionando a los agentes sociales para que inicien la promoción de sistemas de empleo entre la población empleadora y empleada a quienes representan.
-Ayudas económicas a las EPSV de empleo cualificadas para fomentar la formación de sus órganos de gobierno.
-Y ayudas administrativas para simplificar la implantación de los sistemas de empleo cualificados (asesoramiento y orientación, elaboración y desarrollo de modelos estándar tanto para la constitución como para la gestión…).

Estas actuaciones de fomento se deberían acometer mediante los correspondientes programas y las oportunas normas de carácter subvencional (en el caso de las ayudas económicas) o con la cobertura de los servicios de apoyo y asesoramiento necesarios. En cualquier caso, a diferencia del marco regulador administrativo y fiscal que se establezca, que debe tener un carácter estructural, estas específicas acciones de fomento, y otras que se puedan articular (como becas, ayudas de formación o investigación, etc.), deberían plantearse con un carácter coyuntural, limitado a la vigencia del propio plan.

En lo que respecta a la fiscalidad, se han planteado unas propuestas que pretenden:
· ser coherentes con el objetivo social perseguido
· guardar proporcionalidad con el importante reto cuantitativo planteado
· que la generalización sea financieramente viable desde el punto de vista público
· que se puedan alinear los intereses de la población trabajadora de todos los niveles de renta.

Con estos criterios se han apuntado líneas de racionalización del tratamiento fiscal, anteponiendo siempre el objetivo y la utilidad social derivada del gasto fiscal. Unas cuestiones que, obviamente, han de ser tratadas y validadas por las Haciendas Forales, competentes en esta materia.

Además de las ayudas fiscales, se contempla el establecimiento de ayudas económicas a la propia implantación, así como ayudas administrativas que faciliten los procesos de puesta en marcha de estos sistemas.

+ Generar CONFIANZA en los sistemas sectoriales y de empleo.

Este aspecto es crucial y consiste en promover sistemas sencillos, eficientes, transparentes y comprensibles dotados del debido nivel de profesionalización.

+ Garantizar el SEGUIMIENTO del Sistema de Previsión.

Se trata aquí de asegurar la existencia de un instrumento técnico permanente de análisis y monitorización (Observatorio de la Previsión Social) y un instrumento de representación institucional y social (Consejo Vasco de la Previsión Social).

+Diseñar una estrategia de COMUNICACION, CONCIENCIACIÓN Y FORMACIÓN CIUDADANA.

Aunque como se deduce del diagnóstico, la cuestión estratégica es el desarrollo y generalización de la previsión social complementaria a través de un sistema de empleo adecuado y de altos estándares sociales, no puede obviarse la necesidad de incrementar la eficiencia y la adecuación de los sistemas individuales o tercer pilar.

Este propósito define el último de nuestros ejes de actuación propuestos: Una regulación de la comercialización de estas prestaciones sociales, de la información a aportar a las personas asociadas, la transparencia en costes, etc. constituyen aspectos clave que deben ser igualmente desarrollados.

Fuente: Joseba Azkarraga