Eusko Alkartasuna considera que el curso político 2019-2020 ha fijado las tendencias y bases que miran al futuro y anuncian cambios de calado a medio plazo en la política vasca. La repetición de las elecciones generales y el acuerdo para el Ejecutivo de coalición; la constitución del nuevo Gobierno en Nafarroa; la injusta sentencia contra los líderes independentistas de Catalunya; el derrumbe de Zaldibar; el avance de las posturas abertzales en Iparralde; las elecciones de la CAV y, evidentemente, el Covid 19 han marcado un curso intenso que finaliza con la certeza de que ha cambiado la sociedad y la política.

Eusko Alkartasuna reconoce que la importancia de todos los movimientos políticos del curso que termina quedan en un segundo plano por la importancia y la incidencia en la vida de la ciudadanía de la crisis sanitaria creada por el Covid 19 y sus consecuencias: Y, sin embargo, están plenamente ligados a la misma, ya que han sido dos tragedias, la del Covid y la de Zaldibar, las que han terminado para siempre con la falsa leyenda del oasis vasco, echando por tierra la capacidad de gestión del PNV y dejando clara su incapacidad para acordar con otros grupos políticos así como agentes sociales y sindicales.

Esta constatación ha tenido traslación a los resultados electorales, ciertamente afectados por la alta abstención. Sin embargo, ni la abstención ni la mayoría del PNV pueden ocultar el hecho de que los jeltzales han perdido una parte importante de los apoyos electorales y que ha sido EH Bildu la única que ha avanzado en apoyos y escaños.

La composición del Parlamento Vasco permite avanzar en los dos grandes ejes de la ideología política de Eusko Alkartasuna: soberanía y justicia social. En un momento en que Madrid ha puesto de moda la geometría variable, es evidente que los números dan para avanzar en un marco político que dé respuesta a las necesidades reales de la ciudadanía y para poner en marcha políticas de izquierda que garanticen el bienestar del conjunto de la sociedad. Será cuestión de voluntad política llegar a los acuerdos necesarios para ello.

La crisis sanitaria ha evidenciado la necesidad de tener instrumentos políticos para decidir y ha dejado claro que ninguna reforma del marco político que no incluya el derecho a decidir está abocada al mismo fracaso que el Estatuto de Gernika, muerto por quienes más dicen defenderlo.
Eusko Alkartasuna considera que la CAV tiene que encontrar el camino y evolucionar, como está haciendo el resto de Euskal Herria. En Iparralde, con la Mancomunidad ya consolidada se trabaja en temas claves, como el euskera o la convivencia, desde espacios de colaboración; y tanto en Nafarroa como en el Estado hay posibilidad, si quiera teórica, para avanzar en el camino hacia la protección de derechos sociales.

Lamentablemente, la asignatura pendiente sigue siendo la democracia y la separación de poderes en el Estado. Si bien la posibilidad de avance en ciertas materias es la cara del último curso político, la cruz llega del Estado y la componen la injusta y antidemocrática sentencia contra los líderes republicanos catalanes; la insuficiente respuesta a los informes de la CIA que confirman al expresidente español Felipe González como la X de los GAL (algo evidente para la ciudadanía vasca) y la incomprensible defensa de la Monarquía a pesar de las evidencias sobre las corruptelas y los comportamiento absolutamente denunciable de sus miembros, también vox populi hace tiempo.

Estas cuestiones muestran a la vista las evidentes carencias democráticas del Estado español construido sobre la base del franquismo que un Gobierno progresista no puede dejar de abordar.

En este contexto, nos situamos a las puertas de un nuevo curso político en el que somos plenamente conscientes de que el reto más urgente va a girar en torno a combatir los efectos de la crisis sanitaria del coronavirus y sus consecuencias socioeconómicas. La recesión, la destrucción de actividad económica y el paro, principalmente. Siempre con la premisa de situar a las personas en el centro de las políticas y de ser especialmente proteccionistas y garantistas con aquellas que peor lo están pasando.

Desde Eusko Alkartasuna mantenemos nuestra apuesta decidida por un cambio de modelo que permita revertir la realidad a la que nos ha traído el actual, y reivindicamos nuestros valores fundacionales, más vigentes e imprescindibles que nunca, como herramientas y hoja de ruta para posibilitarlo. Tenemos la obligación y la responsabilidad de estar a la altura en un momento histórico y responder a las necesidades de una sociedad que exige soluciones que sólo pueden llegar desde la izquierda transformadora, democrática, abertzale, progresista, defensora de los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la justicia social, los derechos sociales, el feminismo y la paz.

Al igual que trabajaremos sin descanso para continuar avanzando en la consecución de otro de los grandes retos del nuevo curso, la construcción de un escenario que nos sitúe en la tesitura de poder materializar el derecho a decidir como nación, sobre todo. Soberanía plena en una república vasca independiente, libre, justa y solidaria.

Y lo haremos, como siempre, desde los ámbitos institucional y social. Y juntos. Porque solo a través de la suma y el compromiso estaremos más cerca de lograrlo.

EBA BLANCO DE ANGULO
SECRETARIA GENERAL