Lohitzune Txarola EAko afiliatua eta Bilduko batzarkidea Gipuzkoako Batzar Nagusietako presidentea da pasa den astelehenaz geroztik. Hauteskundeetan Bilduk izandako sekulako emaitzen jatorrian bakearen aldeko apustua eta euskal gizartearen aldaketa gogoa daudela adierazi du ‘El Pais’ egunkariak egindako elkarrizketa batean. Txarolak beste alderdi batzuen kritikei aurre egin eta aldaketa handiak iragarri ditu politika egiteko formetan.

Embarazada de cinco meses, Lohitzune Txarola se prepara para una nueva vida. Y no solo por la que espera dar a luz. Tras su paso por el Parlamento europeo y el Gobierno vasco en las filas de EA, la recién elegida presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa es a día de hoy la máxima representación pública de Bildu. Por delante le aguarda el complejo reto político de aportar normalidad a la presencia institucional de la coalición.

Pregunta. ¿Es cierto que Bildu no tiene programa?
Respuesta. Es la excusa en la que se han refugiado algunos partidos, bien porque no lo conocen o porque les asusta. Tenemos un programa nacional, otro por territorios y uno para cada municipio. Dedicamos mucho tiempo a él y a su difusión durante la campaña electoral.

P. ¿Es pronto para que la coalición pueda gobernar?
R. No. Y lo vamos a demostrar con trabajo. EA y Alternatiba llevan tiempo en las instituciones. El nerviosismo es parte de la estrategia de otras formaciones para desacreditarnos.

P. ¿Debe salir elegido diputado general de Guipúzcoa Martín Garitano?
R. Desde luego, si se tiene en cuenta que hemos ganado las elecciones con una diferencia notable. De los resultados se desprende que los guipuzcoanos se han decantado por el cambio y Martín Garitano lo representa.

P. ¿Considera democrático unir fuerzas para excluir a la lista más votada?
R. Democrático sí; justo, no.

P. ¿Acaso no es lo mismo que proponen ustedes en Álava?
R. Y quizá tampoco es justo, pero Bildu también tiene que ser coherente con su ideología y programa. Dijimos desde un primer momento que el objetivo era evitar un gobierno del PP, al igual que ellos han ofrecido pactos a diestro y siniestro para conformar una entente contra Bildu. La estrategia es similar, pero el escenario y la fuerza moral son distintos. Nosotros tenemos 11 junteros en Álava y ellos solo cuatro en Guipúzcoa.

P. ¿Hay pacto con el PNV?
R. En absoluto. Es lo que se ha querido interpretar por el hecho de que en Álava les demos los votos. Yo he estado en las negociaciones postelectorales y tengo la sensación de que nos hemos llevado mejor con el PSE, con el que compartimos puntos programáticos. Los acuerdos con el PNV a nivel municipal han sido puntuales, los han adoptado las agrupaciones locales y, en casos como Lasarte, responden a la gestión previa.

P. ¿Es imposible llegar a un acuerdo con los jeltzales?
R. Un pacto global es imposible, salvo en el caso de Aralar. Con el PNV llegaremos a acuerdos puntuales de carácter estratégico y con el PSE a pactos más programáticos. Somos conscientes de que no tenemos la mayoría absoluta y de que estamos abocados a negociar.

P. ¿Se van a convertir las Juntas Generales de Guipúzcoa, por su composición, en un referente político de primer orden?
R. En esa línea queremos avanzar, para dar a la institución la importancia que tiene como Parlamento de Guipúzcoa. Es algo que ya hizo bien durante la legislatura pasada la anterior presidenta, Rafaela Romero.

P. ¿Qué no hará usted de lo que hizo su antecesora?
R. No tengo previsto dar marcha atrás a nada de lo que se ha hecho hasta ahora en esta casa.

P. Las víctimas han sido una prioridad en los últimos años.
R. Y seguirán estando presentes. Todas las víctimas, no solo las del terrorismo de ETA.

P. Por ahora ondean todas las banderas oficiales.
R. A mí no me molesta ninguna y sinceramente creo que Guipúzcoa tiene problemas mucho más importantes que el de unas simples banderas.

P. ¿Fue el 22-M la fotografía real de la sociedad vasca?
R. Fue más real que la de marzo de 2009. Entre otras cosas, porque todas las sensibilidades estuvimos representadas. Las elecciones no son más que la fotografía real de un momento concreto. En política, la gente quiere hoy una cosa y mañana otra. Cuando a un político se le olvida lo que quiere el pueblo, la fotografía cambia.

P. ¿Sorprendieron los resultados de Bildu?
R. De verdad creíamos que podíamos ganar en Guipúzcoa, pero no barrer.

P. ¿A qué lo achaca?
R. La apuesta por la paz puede ser una interpretación y la demanda de un cambio, otra. También creo que nos han apoyado votantes dormidos de nuestros partidos que han recuperado la ilusión.

P. ¿Se va a bajar Guipúzcoa del AVE?
R. Quien así lo dice, o demuestra mucha incultura o tiene voluntad de hacer daño. No tenemos competencia para hacerlo. Algunos partidos quieren hacer creer que vamos a poner Guipúzcoa manga por hombro, a sabiendas de que no es cierto. No vamos a volver a la mula.

P. ¿No va a ser tan radical el cambio con Bildu?
R. Si acaso, en las formas de hacer. La participación de la ciudadanía es esencial para nosotros. Si la población quiere la incineradora de Zubieta, la habrá. Que el pueblo decida.

P. ¿Y el puerto exterior de Pasajes?
R. Está claro que hay que hacer algo para regenerarlo, pero cargarnos Jaizkibel me parece una salvajada a mí, a Europa y al Gobierno central, aunque ahora no lo diga.

P. ¿Pueden surgir desavenencias internas en Bildu?
R. Somos partidos muy diferentes, pero tenemos un sistema bien engrasado para resolverlo, con órganos de consulta en los que estamos integrados a partes iguales.

P. ¿Es EA un embrión de usar y tirar para la izquierda abertzale?
R. No lo parece si se tiene en cuenta que la presidenta de las Juntas es de EA, ¿no?

P. ¿Por qué resulta tan complicada una condena explícita de ETA y su historia por parte de Bildu?
R. Igual estamos dando esa sensación, pero yo lo que veo son distintos puntos de vista. Me da la sensación de que también son difíciles otras condenas a las que no se les da tanta importancia. El PP, que tanto reclama, no acepta, por ejemplo, que se hable de las víctimas del franquismo o se equipare a las del GAL con las de ETA.

P. ¿Es motivo suficiente como para evitar la condena?
R. Algunos partidos han sabido sacar provecho electoral de las víctimas cuando las cosas estaban mal y quizá por eso tratan de incidir en el discurso del miedo al insistir en la necesidad de una condena. Puede que no sea suficiente como explicación, pero en Bildu preferimos ir paso a paso y mirar hacia delante, más que al pasado. Además, nuestros principios ya recogen el rechazo explícito de ETA, que es un término más amplio que el de condena.

P. ¿Por qué?
R. Para condenar algo, primero tiene que ocurrir, y espero, creo y deseo que nada de eso vuelva a suceder. El rechazo, en cambio, implica una oposición de lleno y de partida. Todos los que integramos Bildu hemos firmado un decálogo que en su noveno punto recoge un rechazo literal de la violencia para conseguir fines políticos.

P. ¿Condena entonces la presión sufrida por algunos concejales durante la constitución de los ayuntamientos?
R. Creo que fueron incidentes puntuales con los que nada tiene que ver Bildu y ante los que tampoco puede hacer nada para controlarlos. Es algo que ha ocurrido siempre. Aquí y en distintos puntos de España, por ejemplo, con concejales de IU y PP a leches o a huevazos.

P. ¿Qué opina de reducir la escolta a los políticos?
R. Me parece una gran noticia. Si hacen falta menos, quiere decir que la cosa va bien. No creo que sea una decisión derivada en exclusiva de la situación económica. Aunque nos arruinásemos como país, más importante es la seguridad de la gente que el gasto que conlleva.

P. ¿Coincide con que su coalición haya vetado en Andoain el acceso de los escoltas a los edificios municipales?
R. En las instalaciones públicas no deberían entrar armas. Se supone que en su interior ya hay seguridad como para que no ocurra nada y ponerla en entredicho me parece grave.

Irakurri elkarrizketa

Jatorria: EL PAIS