Karmele Antxustegi Los acontecimientos ocurridos en estos últimos
días, con declaraciones, desmentidos, desautorizaciones, y el colofón
final con la aclaración de todo el entuerto, y calificar todo lo ocurrido
como una broma, merecen, por lo menos, un análisis una vez transcurrido
un plazo prudencial para poder pensar sobre todo ello con calma.
Porque, a diferencia de los líderes del
PP, no creo que el tema pueda ser tomado a broma. En un tema tan importante,
delicado y que afecta a más de la mitad de la población no nos
podemos andar con tonterías. Lo ocurrido solo nos puede llevar a una
conclusión: El PP se ha quitado la careta y no valen desmentidos ni desautorizaciones
provenientes del propio Partido Popular. La realidad es que hay sectores del
Partido Popular que representan lo más profundo del pensamiento liberal.
El comportamiento histórico del Partido
Popular nos demuestra que antes de efectuar cualquier tipo de propuesta importante
o que afecte a un amplio colectivo de información primero efectúa
un sondeo de la realidad por diferentes medios, y el último ejemplo lo
hemos tenido esta misma semana por medio de Fernando Fernández Trocóniz.
Este último globo sonda en relación
a la necesidad de que las mujeres cobren menos pensión que los hombres
porque viven más es realmente vergonzoso, porque en vez de trabajar en
pos de la igualdad entre los géneros, la consecuencia de sus planteamientos
de gestión es un aumento de las diferencias.
Esta situación es un escándalo
más del gobierno del PP, que nos permite traslucir cual es la línea
de actuación futura que tiene prevista en este ámbito, las pensiones
para las mujeres, dado que aunque percibimos ya, de facto, una menor pensión,
a consecuencia de la menor cotización en la seguridad social por las
diferencias salariales existentes entre hombres y mujeres, se nos quiere recortar
todavía más esta retribución.
Dentro de la situación global de la mujer
hay que destacar, entre otros, los siguientes datos objetivos que nos ayudan
a conformar la situación real de este colectivo para reflexionar a cerca
de este tema con propiedad: mayores tasas de paro, menor salario que los hombres
en los mismos puestos laborales, mayores cargas familiares en el caso de las
familias monoparentales, mayor porcentaje de mujeres entre aquellas personas
en el umbral de la pobreza, cuidadoras de familiares que requieren de servicios
especiales…
Todo lo anterior es ya de por sí extremadamente
grave, pero no hay que pasar por alto un hecho fundamental: precisamente en
el periodo en el que más necesita la mujer mejor calidad de vida, debido
a la disminución lógica de facultades a consecuencia de la edad,
es cuando se quiere recortar su capacidad económica. Se está preparando
el terreno de cultivo para hacernos vivir esos años de plus que tenemos
en relación a los hombres con una peor calidad de vida.
Jatorria: Eusko Alkartasuna