Miguel De Andrés Frías. Secretario de Medio Ambiente de Gazte Abertzaleak Este fin de semana
se han reunido en Iruña los Ministros de Energía de la UE. Este
encuentro se produce dos meses después de la Cumbre de Barcelona, en
la que las políticas de liberalización de los mercados de la electricidad
y del gas han recibido un importante empujón. Estas tendencias que se
apuntaban desde hace años, sumadas a la intención de reforzar
la interconexión eléctrica transfronteriza, son las que han atraído
inversiones millonarias que en el caso de la CAV se materializan en el Plan
3-E 2005, y que cuentan con el respaldo del BBVA, de Iberdrola, de Repsol, de
Petronor o de Gamesa, entre otros.
Lo cierto es que
en los últimos tiempos nos han inundado con multitud de proyectos energéticos
que nos obligan a reflexionar acerca de las consecuencias del modelo energético
que se pretende establecer en la CAV.
A las obras de
la Incineradora de Zabalgarbi, un método de obtención de Energía
caro y muy contaminante, hay que añadir los Proyectos de IGCC de Petronor,
en Muskiz, y la Regasificadora Bahía Bizkaia, en Punta Ceballos, altamente
contaminantes y que consumen ingentes cantidades de materias primas.
Por otro lado nos
encontramos las Térmicas de Gas que se pretenden instalar en Santurtzi
y Boroa, y que en principio no parece que vayan a llevar aparejada el cierre
de las Térmicas de Carbón de Santurtzi o Pasaia. En este sentido
cabe señalar que el Protocolo de Kioto recomienda la reconversión
de las Centrales Térmicas de carbón al Gas, que genera menores
emisiones a la atmósfera y además resultan ser más eficientes.
A todo esto hay que sumar la multitud de Parques eólicos proyectados.

La primera conclusión
que se puede extraer de este somero análisis es que uno de los objetivos
principales del Plan 3-E 2005, el de ‘ la consecución de un sistema
energético equilibrado territorialmente’, no se alcanza porque los
proyectos enumerados se concentran en un área de 20 kilómetros
a la redonda de Bilbao.
Lo cierto es que
la demanda de Energía está en aumento, y ante esto la apuesta
‘oficial’ de las Instituciones públicas es la de producir más
energía para atender esa fuerte demanda, sin pararse a pensar en las
consecuencias que conlleva la producción masiva de Energía para
la salud del Planeta y para la de sus propios habitantes, tanto hoy como en
el futuro. Mientras que el nivel de emisiones continúa aumentando a nivel
global, dado el incumplimiento del Protocolo de Kioto en unos casos y la insuficiencia
de sus contenidos en otros, los recursos del planeta continúan descendiendo
a un ritmo alarmante; la vida del planeta y la de sus propios habitantes se
pone en peligro, y de paso se hipoteca el futuro desarrollo de los países
pobres al desposeerles de sus propios recursos, como le ocurre a Argelia con
el Gas.

Gazte Abertzaleak
piensa que hay que hacer una apuesta valiente para invertir estas tendencias,
aplicando políticas que en el caso de Euskalerria nos encaminen hacia
la soberanía energética, con la consiguiente mejora de la eficiencia,
al tiempo que se promueva una explotación más racional de los
recursos existentes, profundizando en las medidas de ahorro energético.

Soberanía,
eficiencia y descentralización

Estos tres términos,
además de estar íntimamente ligados, son para Gazte Abertzaleak
fundamentales a la hora de diseñar las políticas energéticas
de un país.
En lo referente
a la Soberanía energética, cabe señalar que aunque los
Planes iniciales del Gobierno autonómico preveían una cuota de
autoabastecimiento cercana al 82% para el 2005, esta cifra se superará
ampliamente hasta el punto de que la CAV se convertirá en exportadora
neta de Energía de materializarse todos los proyectos en liza. La soberanía
energética debe constituir un objetivo primordial (aunque no a cualquier
precio) para reducir la dependencia del exterior y sobre todo para mejorar la
eficiencia energética; cuanto más cerca está el punto de
generación de la energía del lugar donde se consume menos energía
se pierde al ser transportada, con lo que se consigue un aprovechamiento más
óptimo tanto de los recursos naturales como de la Energía ya producida.
A este respecto cabe resaltar que la propia Agencia Internacional de Energía
ha criticado los escasos esfuerzos realizados en el Estado español en
pos de mejorar la eficiencia energética.
Naturalmente, y
como tercer concepto irrenunciable e ineludiblemente ligado a los dos anteriores,
encontramos la descentralización. La descentralización supone
un traslado de los centros de producción de la energía a los municipios
o mancomunidades; en el caso de las energías renovables encuentra incluso
fuentes de financiación en la Unión Europea a través de
las Agencias Locales de Energía, ofreciendo así la posibilidad
de desarrollar centrales minihidráulicas o pequeños parques eólicos,
que tal y como se plantean actualmente tienen un fuerte impacto sobre el medio,
especialmente en comparación con la escasa proporción de Energía
que generan.

Apaguen las luces,
por favor

El ahorro energético
y una utilización más racional y responsable de todos los recursos
son otro vértice sobre el que deben girar las políticas energéticas.
Estamos ya acostumbrados a reiteradas campañas dirigidas al consumidor
para que no se nos olvide apagar la luz del salón o, en otros ámbitos,
cerrar el grifo mientras uno se lava los dientes. Pero las políticas
efectivas de ahorro energético deben ir mucho más allá,
sobre todo teniendo en cuenta que el consumo doméstico y comercial de
energía tan solo representa un 23% del total (lo que no significa que
haya que adoptar medidas de ahorro, principalmente a través de las innovaciones
tecnológicas).
La Industria abarca
un 51% del gasto energético, proporción que además va en
aumento; en este sentido cabe reivindicar la necesidad de modificar las actuales
pautas de consumo y los procesos productivos, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Nos encontramos, por ejemplo, que el cemento y el papel/cartón son dos
componentes que consumen un 40% de la Energía total dedicada a actividades
industriales (la producción de cemento emite además importantes
emisiones a la atmósfera); un uso más racional de estos materiales
implicaría un descenso importante en la producción, y por consiguiente,
la energía demandada sería menor. Cabe también la posibilidad
de aplicar un Impuesto sobre la Energía que graven a aquellas Empresas
que realicen un mayor consumo energético.
En lo referente
al Transporte (27%), observamos cómo lejos de promover estrategias destinadas
a la potenciación del Transporte colectivo, se tiene a incentivar incluso
el uso del vehículo particular, con el evidente aumento de la contaminación
atmosférica y de la demanda de Energía. Y cuando se apuesta por
el Transporte colectivo, se opta por modelos como el TAV, que merced a la gran
cantidad de Energía que consume aumenta el precio del billete hasta en
un 80%, convirtiéndose así en un medio elitista y despilfarrador
de recursos.

Energía
democrática
Dado el carácter
de bien de primera necesidad que constituye la Energía para poder desarrollar
cualquier actividad humana hoy en día, y de las importantes consecuencias
que su producción conlleva, parece lógico que los Sistemas energéticos
sean ampliamente consensuados entre los agentes Institucionales, políticos,
sociales y económicos, y respondan a las necesidades del conjunto de
la población y no a los intereses económicos de unos pocos. Existen
varias opciones, como los desahuciados Núcleos de Intervención
Popular (NIP), el referéndum u otros métodos de participación
ciudadana.
En ese sentido
acabamos de observar con satisfacción la celebración de una consulta
popular en Zornotza relativa a la instalación de la Central Térmica
de Boroa. Los resultados son más que concluyentes, pero a pesar de ello
tanto la empresa promotora, ESB, como el Consejero Imaz se ha apresurado a afirmar,
en un alarde de cinismo, que el resultado no es válido en tanto que la
participación no alcanzó el 50%. ¿Acaso hubieran respetado
la opinión del pueblo de Zornotza en caso contrario?
De cualquier forma,
difícilmente recibiría cualquier proyecto energético el
Sí de los ciudadanos del municipio en el que se pretenda instalar, incluso
si se celebraran referéndums en todos los pueblos de Euskalerria. Esto
no hace más que avalar las tesis de que el sistema energético
debe tener como pilares el desarrollo de un modelo distinto al actual y el consenso
de todos los sectores de la sociedad.

Lo cierto es que
ahora que ya no queda espacio para construir más Autopistas en Euskadi,
parece que algunos promotores cercanos al poder se lanzan ahora, aprovechando
el marco neoliberalizador que les proporciona la UE, al campo de la Energía.
Los habitantes de Zornotza ya han sufrido una exhaustiva campaña de información
acerca de Boroa, y recientemente se ha estrenado en Radio Euskadi un espacio,
dentro del programa ‘El Altavoz’, llamado ‘Con Energía’,
en el que un experto del EVE (acerca del cual ya corren rumores de privatización)
diserta sobre las bondades de las Energías alternativas y sobre la necesidad
de cerrar la ventana para que no se vaya el calor de las viviendas. Es solo
el principio.

Jatorria: Eusko Alkartasuna