Gorka Knörr. Secretario general de Eusko Alkartasuna y exmiembro del Parlamento Europeo. La catástrofe del ´Prestige´, que van a pagar muy caro las gallegas y gallegos -especialmente aquellos que viven del trabajo en el mar- y el medio ambiente de esa nación hermana, ha hecho funcionar otra vez los tics de ciertos gobernantes, que se pasan la pelota de unos a otros, tratando de eludir sus responsabilidades.

Resulta llamativa la no comparecencia del otras veces omnipresente Presidente de la Xunta, Manuel Fraga, así como la del Ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, candidato del PP para retomar las Baleares, y del que nada se supo hasta que aparecióse el 20 de Noviembre (vaya fecha que eligió el muchacho!), cuando ya estaba todo el pescado no vendido, sino alquitraneado. Mientras, para entretener, dos actores de reparto cargaron con el muerto: el ministro español de Agricultura y Pesca -aquél que dijo ´no pasa nada´ horas antes de que la marea negra llegara a la costa gallega-, y el de Transportes, Alvarez Cascos, aprovechando que algo le tocaba de su gremio.

Hay que decir que existen responsabilidades de cierta entidad en este asunto. En primer lugar, por la reserva de competencia que hace el Gobierno central de estos asuntos, y, en segundo lugar, porque los jefes de estado europeos podían haber puesto en marcha medidas más severas, propuestas ya a petición del Parlamento Europeo, tras la catástrofe del ´Erika´ hace tres años, bien recibidas por la Comisión, y que fueron postergadas por los mandamases de los 15 estados miembros de la Unión Europea.

Pero, claro, los responsables de los gobiernos europeos, incluido Aznar, están más dispuestos a escuchar a los responsables de las empresas navieras y petroleras que a los representantes elegidos por el pueblo, y han hecho caso omiso de las medidas de prevención que se pidieron con ocasión del caso del buque ´Erika´ frente a las costas de Bretaña.

Decir ahora, como dice el gobierno Aznar, que hay que prohibir este tipo de buques peligrosos, es un brindis al sol. Lo cierto es que si el Consejo de los 15 hubiera hecho caso a la Comisión Europea, el resultado hubiera sido la retirada acelerada de este tipo de buques, y el ´Prestige´ hubiera estado fuera de circulación hace tres años. Pero, los gobiernos de la UE, primero rechazaron medidas drásticas en 1999, y después, en este mismo año de 2002, corrigieron a la baja, como veremos más adelante, unas nuevas propuestas del Parlamento Europeo y de la Comisión.

Todos estamos concernidos.

Este no es un asunto que afecte solamente a Galicia. Aunque sus características y posición geográfica castigan al litoral gallego en términos de probabilidad de accidente, un accidente puede pasar frente a nuestras costas. Por ello, además de reclamar la plena compensación de los daños a los particulares, operadores locales e industrias pesqueras y proporcionar ayudas a las organizaciones ecologistas implicadas en las tareas de descontaminación de la zona, el Consejo Europeo debe escuchar también el voto que se produjo recientemente en el Parlamento Europeo y propiciar la creación de un Fondo Europeo de Compensación por Daños por accidentes causados por contaminación petrolera, y, además, la Unión Europea, tan reacia a aceptar, bajo presión de los Estados (y particularmente por la presión de España) el protagonismo de los gobiernos no estatales como el vasco, el gallego o el escocés, debería tomar nota tras este desastre y darles el protagonismo a la hora de establecer las medidas adecuadas para la protección contra las amenazas de la navegación de este tipo en las zonas más vulnerables de la Unión.

Bien está que la Unión investigue las circunstancias y responsabilidades de este accidente, prestando especial atención al tipo, condición, destino y propietario del buque, así como a sus causas, y examine el proceder de otras partes involucradas en cómo se ha llevado el asunto. Pero sobre todo, lo que hay que llevar al ánimo de los responsables europeos, que no aprendieron tras el desastre del Erika, es que no hay tiempo que perder para poner orden en las regulaciones de la seguridad marítima.

La responsabilidad del Consejo.

He dicho antes que el Consejo tiene una gran responsabilidad en lo que ha sucedido. En efecto. El pasado 18 de febrero se adoptaba por el Parlamento Europeo el Reglamento No 417/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo de 18 de Febrero 2002 sobre la aceleración de la entrada en vigor de cascos dobles o diseños equivalentes para buques de un solo casco. Para este reglamento, la Comisión Europea propuso (art.4 COM 200-142) que ´los estados miembros no deben aceptar que buques de un solo casco entren en sus puertos o aguas jurisdiccionales después de la fecha más próxima de las que se especifican más adelante, si no es que estos buques cumplen, antes de la fecha más próxima, con el doble casco o diseño equivalente requerido en el Reglamento 13F del Anexo I de MARPOL 73/78: 1. para buques de 20 000 toneladas o más de peso bruto que transportan crudo y transportadores de 30 000 toneladas o más de productos que no cumplen con los requisitos para un nuevo buque de crudo en las Regulaciones 13, 13B, 13E y 18(4) del Anexo I deMARPOL 73/78: cuando llegan a los 23 años o el 1 de Junio de 2005 (Categoría 1) .´

Sin embargo, días más tarde, los jefes de estado, a través del Consejo de ministros rechazaron ese texto para adoptar el siguiente:

1. No se aceptará que ningún buque transportador de crudo opere bajo bandera de un estado miembro, ni tampoco se aceptará que ningún buque transportador de crudo, independientemente de su bandera, entre en puertos o terminales de costa afuera bajo la jurisdicción de un estado miembro después del aniversario de la fecha de entrega del barco en el año especificado más adelante, a menos que se trate de un buque transportador de crudo de doble casco:

(a) para buques transportadores de crudo de categoría (1):

-2003 para buques entregados en 1973 o anteriormente,
-2004 para buques entregados en 1974 y 1975,
-2005 para buques entregados en 1976 y 1977,
-2006 para buques entregados en 1978, 1979 y 1980,
-2007 para buques entregados en 1981 o posteriormente.

Es decir, que primero se tardó tres años en mandar a ciertos buques al desguace, y después el Consejo retrasó tres años el que un buque como el ´Prestige´ fuera puesto fuera de circulación. Y la factura no ha podido ser más amarga para nuestra nación hermana gallega.

Fuente: Gorka Knörr