Hay que convocar cuanto antes la consulta sobre la autodeterminación

«El gran reto es consensuar entre todos un nuevo marco
político» «La fractura social la genera no respetar la voluntad de la
mayoría»

MANUEL ARROYO VITORIA

Eusko Alkartasuna apuesta por acelerar, en la
medida de lo posible, un proceso para la autodeterminación de Euskal Herria. La
consulta popular que figura como hipótesis en el programa electoral de PNV-EA
debe realizarse «cuanto antes», subraya su secretario de organización, Rafael
Larreina. El lehendakari Ibarretxe y el PNV no muestran tanta prisa.

-EA defiende una consulta sobre la
autodeterminación.

-Esa consulta hay que hacerla. Es irremediable.

-Sus socios del PNV insisten en que no en los
cuatro próximos años.

-Igual hay que hacerla esta legislatura. O
igual no. No lo sé. Dependerá de la situación, de que alcancemos un grado de
consenso y una normalización política suficientes. Hacer predicciones a medio
y largo plazo en este país suele resultar estéril, salvo para buscar
titulares. Recuerdo que Arzalluz y otros dirigentes del PNV dijeron no hace
tanto que la independencia llegaría prácticamente en 2004.

-El lehendakari asegura que no convocará la
consulta en esta legislatura. ¿EA apoya esa decisión?

-Si uno analiza la situación a la luz del
momento presente, quizás vea las cosas más negras. Ése es un paso que
requiere normalidad. Precisamente por eso no se puede asegurar ahora ni que se
va a dar esta legislatura ni que no. Lo que hay que decir es que se va a hacer.
Y la postura de EA es que cuanto antes, mejor, porque supondrá un avance
importante en la normalización y pacificación. Me gustaría que se celebrara
en 2002 mejor que en 2003; en 2003 mejor que en 2004; y en 2004 mejor que en
2005.

-¿Qué condiciones deberían concitarse, a su
juicio, para promover el referéndum?

-La normalización política en el sentido de
que desaparezca la crispación artificial existente. Llegar a una situación en
la que todas las fuerzas políticas admitamos la legitimidad de las posturas de
los demás y contemplemos con normalidad que cualquier idea pacífica y
democrática se puede llevar a la práctica si así lo decide la mayoría de la
sociedad. Hay que desdramatizar el debate de la autodeterminación. Si mañana
la mayoría de los ciudadanos decide ejercer ese derecho, ello no influirá de
forma traumática en la vida diaria. No pasa nada.

-La autodeterminación genera crispación y
amenaza con dividir Euskadi en dos, según los partidos constitucionalistas. A
su juicio, la sociedad no está preparada para ello.

-Quienes no están preparados son algunos
políticos porque, en el fondo, tienen un déficit democrático. Son los que
hablan de respetar la voluntad de las urnas, pero sólo si coincide con lo que
ellos dicen. Eso es lo que causa fractura social, no la autodeterminación. Hay
que buscar los consensos más amplios hasta donde se posible y, si no se puede
ir más allá, someterse a la decisión que los ciudadanos adopten por mayoría.
Ése es un principio básico de la democracia.

Más democracia

-¿Qué pasos debería dar el Gobierno vasco,
según EA, para avanzar hacia la autodeterminación?

-Más que en el camino de la
autodeterminación, hay que profundizar en la democracia. En primer lugar,
garantizando las libertades: que todo el mundo pueda expresar sus ideas y
llevarlas a la práctica, en su caso, sin ningún tipo de coacción. En segundo
lugar, recuperando la política como vía para superar los problemas a través
del diálogo, no como arma de confrontación. Euskadi necesita un nuevo consenso
político. El Estatuto ya no es un elemento de consenso en la sociedad. Además,
el que se está aplicando no es el que aprobamos. Se ha cambiado por la puerta
falsa. El gran reto de la legislatura es alcanzar un consenso básico sobre el
marco político y que en él participen todos.

-Ese reto se antoja, hoy por hoy, casi
utópico. La superación del marco estatutario choca con la oposición de PP y
PSE. Y la autodeterminación se levanta como una barrera infranqueable que
separa a nacionalistas y no nacionalistas.

-Barreras que parecían más infranqueables han
caído. Por ejemplo, el Muro de Berlín. En EA creemos que el reconocimiento del
derecho de autodeterminación, admitir que el pueblo vasco será lo que quiera
ser, puede ser un lugar de encuentro. Es un principio básico de la democracia.
Miguel Herrero de Miñón está en esa onda. Ernest Lluch (asesinado por ETA)
también. Y ninguno de los dos es sospechoso de ser nacionalista. Todo ello,
desde el reconocimiento de la pluralidad en todos los órdenes de Euskal Herria,
donde conviven ciudadanos que se sienten españoles, o franceses, y otros que
nos sentimos sólo vascos. Ésa es la realidad. Y no se puede obviar. Se trata
de expresar: nos sintamos como nos sintamos, vamos a decidir lo que queremos
ser, nuestro marco de relación con otras realidades institucionales.

-El PP y el PSE sumaron casi 600.000 votos
(unos pocos miles menos que PNV-EA) con un discurso radicalmente enfrentado a
ése y, aunque puedan modular sus posturas, se hallan muy lejos de un acuerdo de
ese tipo.

-Yo no niego la realidad de este país. Pero la
Historia nos dice que las barreras más inamovibles se mueven de la noche a la
mañana. El PP está empeñado en levantar muros, igual que la denominada
izquierda abertzale. Tiene miedo a la democracia, no está dispuesto a aceptar
la voluntad de la ciudadanía… Así no vamos a ninguna parte. Esa percepción
ha calado en algunas personas del PP, que apuestan por buscar otro escenario.

Paz y autogobierno

-¿Alberga EA la esperanza de que un eventual
avance en esa dirección acerque la paz?

-Creo que contribuiría de forma importante.
Entre otras cosas, porque dejaría sin argumentos a quienes están en la
estrategia de la violencia. Ese mundo sólo cambiará, sólo admitirá la
evidencia de que la sociedad vasca va por otro camino, cuando se vaya quedando
solo, con menos apoyos, sin espacio político. Debemos demostrar a ETA que no lo
tiene, que el único posible es la política, que con la estrategia de la
violencia nunca se podrá avanzar. En las elecciones, un colectivo muy
importante de ciudadanos que estaba en ese ámbito apostó por la política; y
yo diría que definitivamente. Si ahora se repitieran, lo harían muchos más.
Su propio mundo social tiene cada vez más claro que construcción nacional y
violencia son incompatibles; es más: que la construcción nacional no puede
estar condicionada, ni subyugada ni sometida a la estrategia de la violencia.

-Pero el núcleo duro del MLNV, incluida la
dirección de Batasuna, ha optado más por un ‘prietas las filas’ que por la
autocrítica.

-Si no lo saben ver, van derechos al
precipicio. En esa línea van Aralar y la corriente Zubiak, en Alava. Aunque
diga lo contrario, EH ni oye la voz, ni escucha la palabra ni respeta la
voluntad de Euskal Herria.

Fuente: Eusko Alkartasuna