Peio J. Monteano, Martín Ibáñez, Consuelo Satrustegi, Iñaki Asiain, Xabi Ezkieta,
Dos cosas llaman la atención en los resultados electorales de Villava-Atarrabia. En primer lugar, el escaso apoyo obtenido por el PSOE, que es, no lo olvidemos, la segunda fuerza política en el Estado y en Navarra. No menos sorprendente es el férreo pacto que desde 1987 mantienen en esta villa PSOE y UPN, pacto que se ha vuelto a reeditar hace unos días y que ha evitado que Villava-Atarrabia sea gobernada por un equipo progresista, tal y como ha ocurrido en Barañain, Burlada, Tafalla, Estella o Sangüesa.

Descalabro electoral del PSOE y pacto con UPN resultan aún más llamativos porque están protagonizados por el exparlamentario socialista Sr. Úriz que, de puertas afuera y en su desmesurada presencia en los medios de comunicación, se autoproclama paladín del “anti-UPN”, descalifica al CDN por su “pacto de hierro” con los regionalistas y aplaude la actitud de los alcaldes socialistas “rebeldes” a las órdenes de Madrid.

El bofetón de las urnas

Después de una campaña en el que el Sr. Úriz no ha dudado en promocionarse con dinero de todos y en prodigarse en ataques personales contra Peio Monteano, exalcalde y candidato de ATARRABIA, el líder socialista ha obtenido apenas el 12% de los votos (601), quedando incluso por detrás de la candidatura ilegalizada “Ultzama”. Sólo la no contabilización de ésta última ha permitido que el PSOE pueda mantener a duras penas sus dos concejales. Pero una vez más se confirma la continua pérdida de apoyos desde que en 1983 este partido obtuviera nada menos que el 40% de los votos villaveses.

En el examen de las urnas, la lista del Sr. Úriz ha quedado muy lejos tanto de UPN (1.416 votos y cinco concejales) como de la candidatura ATARRABIA impulsada por EA (1.363 votos y cuatro concejales). Desde luego que el descalabro electoral podría haber sido aún mayor, pues atendiendo a los votos recibidos el exparlamentario debiera haberse convertido en líder, portavoz y único miembro de su grupo municipal en una Corporación con trece miembros.

¿Por qué ese rotundo bofetón?. En estos cuatro años el Sr. Úriz ha perdido la oportunidad de demostrarnos a todos que sus promesas electorales y su ética política son algo más que verborrea de politicastro profesional sin escrúpulos y oportunista. Por ello, los villaveses le han dicho que no aprueban su gestión como miembro del equipo de gobierno constituido por UPN y PSOE tras la dimisión de Monteano a causa, recordémoslo, de la negativa de EH a condenar un atentado contra un compañero de Corporación. Con la misma rotundidad, los villaveses han dicho a Úriz que no quieren su programa lleno de descabellados proyectos y promesas ya incumplidas. Pero sobre todo no han perdonado su deshonestidad, el decir unas cosas y hacer otras muy distintas y, sobre todo, sus malas formas de hacer política.

Muy al contrario, la candidatura encabezada por Monteano ha recibido, una vez más, un espectacular respaldo de villaveses de muy variadas ideologías, incluidos no pocos socialistas. A la vista de los resultados (un 40% más de votos y el apoyo de IU-EB y Aralar), además del prometedor equipo humano y programa municipal, los villaveses han valorado en Monteano su breve gestión como alcalde, pero sobre todo no han olvidado la dignidad manifestada con su dimisión y la constancia en su trabajo como concejal desde entonces.

Con un delatador tono de excusa, el Sr. Úriz ha tratado una y otra vez de maquillar su fracaso y su alianza con UPN con una retahíla de calumnias contra el candidato de ATARRABIA por la peregrina razón de que éste ejerce sus derechos como trabajador, plenamente respaldado por la Ley y legitimado por las urnas. Además, sus acusaciones de “inmoralidad” resultan patéticas en una persona que como el Sr. Úriz fue despedido de su trabajo precisamente bajo la acusación de estafa en el ejercicio de su actividad política y sindical (DN, 8 febrero 2002). Pero lo cierto es que los desencuentros con el Sr. Úriz vienen de muy lejos y además los intereses del exparlamentario socialista le unen fuertemente a UPN.

Los villaveses aun recuerdan con indignación la negativa del Sr. Úriz a la propuesta de ATARRABIA de rehabilitar la memoria de los 18 villaveses -la mayoría de ellos socialistas- asesinados en 1936 (Pleno 30 marzo de 2000), una actitud que debió sonrojarle cuando dos años después una propuesta similar fue aprobada por el Parlamento. Tampoco han perdonado nuestros vecinos sus continuas provocaciones, como cuando amenazó con suspender las Fiestas Patronales por unos incidentes que él mismo había propiciado.

Como concejal delegado, el Sr. Úriz ha hecho del área de Cultura su “taifa” personal buscando su promoción política fuera de nuestro pueblo de la mano de vistosos macroconciertos, ruinosos económicamente y dirigidos al público foráneo. Dando la espalda a la penosa situación financiera y a las verdaderas necesidades de Villava-Atarrabia, Úriz ha encaminado su labor, en sus propias palabras, “a cubrir los huecos que produce la oferta cultural de Pamplona” (DN, 18 marzo 2002). Así, enfrascado en competir con la capital, nada ha hecho -sino todo lo contrario- para subsanar la angustiosa carencia de dotaciones culturales que padece la villa. Endiosado en su gestión mediante una empresa privada, tampoco ha permitido abrir el área a la participación vecinal y su oposición a un Patronato de Cultura ha sido constante y feroz.

No menos conflictiva ha sido su actitud ante el Euskera. Desde su opinión de que la promoción de la lengua vasca discrimina a los castellanohablantes, hasta su apoyo a la escisión de los dos modelos lingüísticos del colegio público, pasando por su frontal oposición a la Ordenanza del Euskera, son numerosas las pruebas de la “euskerofobia” que consume al Sr. Úriz y que evidencian la hipocresía con que suscribe, por ejemplo, los artículos del foro Iruña. Muy ilustrativa de su deslealtad con este tema resulta su actitud en el propio Parlamento, prometiendo apoyo a las demandas de los padres del modelo “D” por la mañana y abanderando la oposición a sus peticiones en la sesión de la tarde.

Culminando -pero no agotando- esta lista de desencuentros, no podemos olvidar la labor del líder socialista al frente del área de Juventud. Su errática gestión, su autoritarismo y sus continuos cambios de actitud en la administración del Gazteleku son la principal causa de que, hoy por hoy, el deterioro de las relaciones entre colectivos juveniles y Ayuntamiento y la infrautilización de los locales juveniles alcancen niveles preocupantes.

Como el dios Jano

Así que son muchas las discrepancias de programas y actitudes que separan al PSOE y a EA-Atarrabia, discrepancias a las que se suman las diferencias de talante personal y estilo de hacer político que encarnan los líderes de ambos grupos municipales y que, a la luz de los resultados electorales, los villaveses perciben perfectamente.

Pero sin duda el hecho que evidencia la “esquizofrenia política” del Sr. Úriz -el decir o escribir una cosa y hacer la contraria- ha sido la reedición del pacto UPN-PSOE sellada la misma noche en que se conoció la composición del nuevo Ayuntamiento, tal y como repetidamente ha reconocido el propio Alcalde. El Sr. Úriz, que como el dios Jano posee dos caras, ha hecho multitud de piruetas y contradictorias cabriolas para negarlo primero y tratar de justificarlo después. De hecho, llegó a escenificar una reunión con ATARRABIA proponiéndose como Alcalde y exigiendo una serie de inadmisibles concesiones (renuncia a la promoción del euskera, no participación en actos religiosos, destrucción del pulmón verde de la villa, concejalía delegada de Cultura, etc) con el único propósito de conseguir el “no” de la formación nacionalista.

Pero los hechos le desmienten tozudamente. El Sr. Úriz pedía un trabajo y ya lo tiene. Según el propio Alcalde (DN, 15 junio 2003), el exparlamentario socialista será Primer Teniente de Alcalde, Concejal Delegado de Cultura (retribuido) y representante en la Mancomunidad de Aguas (retribuido). Así que algo no debe funcionar bien en el sistema democrático cuando una gestión y un programa tan inequívocamente rechazados en las urnas consigue imponerse en el Ayuntamiento por la puerta de atrás. Porque UPN y PSOE suman hoy tan sólo el 40% de los votos villaveses -menos que hace cuatro años- pero gozarán de todo el poder municipal. Podrán aducirse muchas razones: el sistema electoral (que no recoge bien las segundas opciones del electorado), la sobrerrepresentación que otorga a UPN y PSOE la ilegalización de Ultzama, el presidencialismo de los ayuntamientos, la fragmentación política del espacio progresista vasquista, etc.

Lo cierto es que en Villava-Atarrabia eso se traduce en una perversión de la voluntad popular. UPN por lo menos tiene la legitimidad que concede la Ley a la lista más votada. Pero el Sr. Úriz, paladín del anti-UPN y a quien los villaveses han rechazado claramente, podrá gobernar y materializar su programa gracias a la cuota de poder con que UPN paga sus inestimables servicios. Villava-Atarrabia ha dicho no a sus “espectáculos”, no a su despilfarro económico, no a su falta de visión de los problemas de la villa, no a sus descabellados proyectos, no a sus malas formas de hacer política… Pero aun así seguirá mandando.