Esther Larrañaga (EA) ha presentado hoy las líneas básicas del Plan de Suelos Contaminados 2007-2012, cuyo objetivo último es garantizar a la ciudadanía su derecho a disfrutar de un suelo limpio y de calidad.

La consejera de Eusko Alkartasuna y responsable de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Esther Larrañaga, ha explicado en rueda de prensa el plan, aprobado en el último consejo de gobierno del año 2007, y cuyo contenido ha dado a conocer previamente a los agentes implicados, en una jornada técnica convocada con ese objetivo. Según afirmó, el Plan se asienta en principios ambientales de prevención y conservación de las funciones del suelo, bajo la máxima de que “quien contamina paga”. El documento está sustentado en tres programas de gran alcance cuya finalidad es lograr cuatro objetivos estratégicos: prevenir la alteración de la calidad del suelo; recuperar los suelos potencialmente contaminados de la forma más adecuada; reutilizar suelos alterados en su calidad para la implantación de nuevos usos en condiciones que garanticen la protección de la salud humana y el medio ambiente; y valorizar suelos sin interés urbanístico para asignarles usos alternativos. EZAGUTU, ERAGIN y EKIN son los nombres de los tres programas que desarrollan 9 líneas de actuación y 19 actuaciones concretas, siempre en consonancia con la Estrategia Ambiental Vasca de Desarrollo Sostenible 2002-2020 y teniendo en cuenta, además de criterios normativos, el funcionamiento de la economía de mercado y la integración y colaboración entre los diversos niveles de la Administración. De este modo, contempla actuaciones contra la contaminación de origen humano, centrándose en afecciones al suelo producidas por actividades industriales, ya se trate de contaminación puntual o concreta, o bien difusa. Según ha señalado la consejera Larrañaga, el Plan parte de un detallado diagnóstico que constata el peso de una historia industrial como la del País Vasco, en la que las actividades contaminantes del suelo (fabricación de productos metálicos e industria relacionada), así como la construcción y el desarrollo urbanístico, tuvieron un fuerte peso específico y evolucionaron sin tener en cuenta los impactos ambientales. CONVERTIR EL PASIVO EN ACTIVO Ello se traduce en un pasivo de suelos potencialmente contaminados (es decir, sin constatación de estar alterados pero bajo sospecha al haber albergado instalaciones de riesgo) estimado en 7.898 hectáreas, superficie que equivale al 16,5% de la superficie de suelo útil del País Vasco. Las investigaciones realizadas en estos suelos susceptibles de presentar contaminación permiten situar estimativamente en un 2,7% (1.279 hectáreas) la superficie útil de la CAPV realmente contaminada; una cifra que se elevaría hasta el 6,5% (3.120 hectáreas) si se considera el suelo con algún tipo de alteración. En palabras de la consejera, el Plan supone un nuevo peldaño en la labor de convertir ese pasivo en auténtico activo para nuestro país, dando continuidad a la tarea desarrollada en los últimos años y que ha permitido recuperar, entre los años 2000 y 2006, una superficie total de 145 hectáreas contaminadas, repartidas en 144 emplazamientos. El Plan está dotado de un presupuesto que asciende a 25,55 millones de euros. Un coste total que pretende servir de motor para captar fondos de otras Administraciones y del sector privado que, en los próximos años, deberán asumir un importante compromiso en consonancia con los objetivos planeados en el propio documento.

Fuente: Esther Larrañaga